Discapacitados más vulnerables

Escrito por el Mar 8, 2012 en A los Ciudadanos, Artículos | 0 comentarios

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Por Rogelio Hernández López

“Fox nos usó de bandera electoral…»

“Atender a las personas con discapacidad será prioridad de mi gobierno”, prometió Vicente Fox. Pero las ONG hacen un balance lastimero: “No cumplió. Nunca se elevaron las políticas públicas a rango de Estado, los presupuestos disminuyeron, se degradó la atención en salud y educación, y se rompió la interlocución porque se actuó discrecionalmente y con proselitismo; el único programa nuevo fue de empleo y se entregó a una fundación privada. Es triste, pero Fox nos usó de bandera electoral…”

Covadonga Pérez Villegas Covita, le dicen todos destila irritación cuando habla del presidente Vicente Fox. “No cumplió sus promesas. No pudo y no quiso. Provocó retrocesos. El peor es que rompió la unidad del movimiento de organizaciones no gubernamentales y sedimentó la interlocución por afanes proselitistas. Yo sé por qué se duele, nunca entendió que el asistencialismo no basta para atender a las personas con discapacidad como un problema social y nacional. Su concepción es limitada. Hace poco me dijo: ’La verdad es que yo les tengo muchas consideraciones a ustedes’. Así nos ve, con lastima, en lugar de tener una visión de estadista”.

Covita calla, aspira hondo. Su rostro se fue endureciendo conforme hacía su balance. El silencio se quiebra cuando la dirigente de la asociación civil Mujeres en Serio aleja un poco su silla de ruedas de la mesa de conversación. Entonces interviene Jesús Eduardo Toledano, quien representa a la Fundación Dime. “Se lo dijimos varias veces al presidente: que la forma en que se conducía su oficina para la atención de personas con discapacidad estaba cambiando el curso de las políticas establecidas desde antes de esta administración. Lo que provocó fueron retrocesos graves en varios aspectos”.

¿Cómo cuáles?

“La oficina presidencial operó sin reconocer, en los hechos, el trabajo realizado conjuntamente por el movimiento social de personas con discapacidad en los sexenios anteriores; se perdieron años de trabajo institucional, reproduciéndose de nueva cuenta el fenómeno asistencial y la falta de continuidad de las políticas públicas ya existentes y probadas. Ni siquiera tuvieron capacidad de proponer un programa nacional para unificar los subprogramas segmentados en distintas dependencias de los gobiernos federal, estatales y municipales.

Explíquense pide el reportero. La conversación se prolonga por más de tres horas y luego cada afirmación es reforzada con documentos. Ambos dirigentes sociales son ampliamente conocidos en el movimiento. Su actividad de muchos años los llevó a ser parte de la Asamblea (ciudadana) Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación que preside Gilberto Rincón Gallardo. Sin titubeos repiten los datos de un balance que parecen manejar de memoria, sobre todo sus aspectos negativos.

Disminución de recursos

“El monto de los recursos públicos que se habían venido asignando a los programas de discapacidad, dejó de crecer en el año 2001. Y, al contrario, el total bajó sistemáticamente hasta 2005. Para 2006, aunque aparentemente se recuperó en el presupuesto federal, se concentró en algunas aspectos donde pudiera estarse haciendo proselitismo electoral”, asevera Jesús Eduardo Toledano.

Muestra su cuadro estadístico con datos oficiales de la cuenta pública en poder de la Cámara de Diputados. El presupuesto autorizado de egresos federales para la población con discapacidad en el año 2001 fue superior a los mil 200 millones de pesos con relación al 2000, distribuidos en nueve dependencias del Ejecutivo federal, con excepción de la Presidencia que todavía no tenía oficina especial.

Para 2002, según sus datos, el montó cayó a 965 millones. En relación con 2002, el total asignado bajó 25.1 por ciento en 2003, 14 por ciento en 2004, y 14 por ciento para 2005.

“Ellos dirán se anticipa Jesús Toledano que el presupuesto subió para el 2006. Y es cierto de un año a otro, pero si comparamos con las bajas anteriores se ve que son mentirosos. Más aún si vemos que el monto de mil 71 millones de pesos es menor al del 2000, y observamos que éste apenas es aplicable a los programas del Instituto Nacional de Rehabilitación, al Nacional de Atención a personas con discapacidad del DIF, y al de integración educativa. Nada más.

“Para este año ya no hubo partidas para infraestructura dirigida a personas con discapacidad, por parte de la Secretaría de Salud. Y, además se siguieron dejando fuera otras áreas que reclaman atención como trabajo, transporte, deporte adaptado y paralímipico, derechos humanos, cultura y un amplio rango de necesidades que deberían estar acotadas en programas de desarrollo y asistencia social, como los apoyos a la educación, a la capacitación y a proyectos productivos o sociales.

“El resultado final en recursos evalúa Toledano, es que en seis años no creció la cobertura de atención y el presupuesto del 2006.

Rogelio Hernández López / REPORTERO
MILENIO Diario / Asuntos Especiales

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