Altruismo

Escrito por el Feb 24, 2012 en A las ONG´s/OSC´s, Artículos | 0 comentarios

Periódico Reforma 13-08-2001. salud

Por Aideé Molina

¿Sabías que invertir una hora de tu tiempo a la semana como voluntario previene la depresión, los problemas cardíacos y hasta el cáncer? ¿Sabías que si no existiera el trabajo de los voluntarios muchas de las instituciones de beneficencia del País no podrían operar? Donar parte de tu tiempo realizando alguna actividad social (como apoyar el servicio de una institución de beneficencia, colaborar en campañas de salud o participar en las misiones de un grupo religioso), por menor que ésta sea, resulta mucho más productivo de lo que se puede imaginar.

«Cuando una institución, del tipo que sea, necesita apoyo para servir, siempre se habla de donativos en dinero y en especie, pero uno de los componentes de los que se habla poco es lo que equivale al donativo de horas de gente que trabaja para la causa», explica Adalberto Viesca Sada, vicerrector de Desarrollo de la UDEM, y experto en el rubro filantrópico.

El voluntariado es la piedra angular de miles de asociaciones que brindan servicios a la comunidad. Si a Cáritas le quitaran el esfuerzo de sus voluntarios (más de 4 mil personas), esta institución tendría que pagar sola más de 150 millones de pesos al año para realizar su labor: servicio en comedores, consultas médicas y brigadas, entre muchas otras, para poder atender a más de 26 mil personas que la requieren. Pero también los beneficios de donar tiempo son individuales.

«La gente que da servicio voluntario es más sana», explica Viesca Sada, «mira tu vida hoy, chécate con el doctor y revisa qué padecimientos tienes, analiza tu relación familiar, qué tan feliz te sientes, escríbelo en una hoja, deja pasar seis meses y en ese tiempo da una mañana a la semana en la causa que quieras.

«Después de esos meses compárate para que descubras que no sólo estas más saludable, sino hasta mejoras las relaciones con tu familia y le das más sentido tu vida», señala el directivo, quien es miembro activo de la National Society of Fund Raising Executives de Estados Unidos. Los beneficios también son sentir que uno trasciende al ayudar, dice Mauricio Guerrero, director de promoción del Centro Mexicano para la Filantropía.

Eso no es todo. El psiquiatra José Castillo, director del Centro Avanzado de Salud Anímica, agrega la salud que se comparte con los demás. «Además, en cualquier enfermedad, el saberse acompañado, aumenta el sistema inmune tanto de quien practica el voluntariado como de quien lo recibe y esto previene infecciones, cánceres, enfermedades cardiovasculares y también promueve la rehabilitación más pronto», explica el psiquiatra.

Para Leticia Pérez, voluntaria y fundadora del comedor ‘Todos con Amor por un Menor Feliz’, en la Colonia Metroplex, los 40 niños que alimenta tres veces por semana son el motor para combatir la agenda diaria y también la migraña, hipertensión y diabetes que alguna vez la tuvieron en cama. Por un cambio en el paradigma Aunque son muchos los beneficios, hay poca acción y conocimiento referente a la donación de tiempo, señala el vicerrector, quien hasta hoy ha encabezado la campaña financiera más grande de la UDEM, al recaudar para la institución más de 25 millones de dólares en donativos, sólo en cinco años .

Esto se debe a que no existe en México una cultura sobre el altruismo, explica. En Estados Unidos, por ejemplo, sus habitantes mayores de 18 años dedican en promedio a la semana 4.2 horas de servicio voluntario, convirtiéndose en la nación más altruista del mundo. En México, por el contrario, no existe una conciencia sobre el trabajo voluntario, agrega, porque se prefiere pedir dinero en lugar de ayuda humana, siendo en muchas ocasiones más requerido el voluntariado que el recurso económico. Viesca Sada señala que incluso, poco se sabe qué hacer con los voluntarios, porque en muchas ocasiones no realizan las actividades por las que prestan ayuda, como los chicos de servicio social, a quienes muchas veces los ponen a archivar papeles y traer los refrescos.

«En nuestro país no se ha dado como se debiera ese tipo de actividad, quizá por razones culturales, idiosincráticas; con el voluntariado se desarrolla otro valor que es aportar capital intelectual que tiene gran precio si es calculable, disponer del tiempo que también tiene otro precio muy valioso: el esfuerzo mismo de la persona», comenta el psicólogo. El Centro Mexicano de Filantropía, ubicado en la Ciudad de México, realiza un esfuerzo por retomar el papel del tiempo donado por voluntarios. El organismo, que integra a más de 420 asociaciones sin fines de lucro a nivel nacional, tiene una campaña denominada «Una Hora por México», en la que se busca que la gente done una hora a la semana en alguna asociación educativa, religiosa y benéfica, entre otras.

En su página de Internet, www.cemefi.org, ya se han inscrito a la campaña más de 60 mil personas desde que arrancó en el 2000. «Queremos involucrar la participación de la gente en tareas sociales donando tiempo, talento y dinero», dice Guerrero, promotor del centro. «Sabemos que hay muchos más en el País. Vamos a hablar hipotéticamente que hay 250 mil voluntarios trabajando que dan por lo menos una hora a la semana, estamos hablando de un millón de horas hombre al mes y de 12 millones de horas-hombre al año, y a eso, si le ponemos un precio, incide en una parte del Producto Interno Bruto».

Si a estas 12 millones de horas se le ponen el precio de 20.50 pesos cada una, según el salario base de cotización del IMSS, la donación de tiempo en un año equivale a 246 millones de pesos, que representa el 0.005 por ciento del PIB nacional. Con esta cifra, que equivale también al 1.19 por ciento del presupuesto de egresos del Gobierno del Estado, se podrían recarpetear cinco pistas de aeropuerto y darle crédito a casi 50 mil personas para poner su «changarro».

«El futuro está en convencer a los alumnos de primaria hasta universidad que es su responsabilidad ayudar, y en este sentido tendríamos que empujar con fuerza los adultos poniendo el ejemplo», señala Viesca Sada, el vicerrector de la UDEM. Si se considera que el 2001 es el Año Internacional del Voluntariado, designado por la ONU, no estaría mal empezar a donar parte del tiempo a causas benéficas ¿no crees? Si donas tiempo libre Estas son algunas recomendaciones para ejercer el voluntariado: Si realmente quieres ayudar, erradica los mitos y frases como «nadie está para regalar su tiempo», que es sinónimo de egoísmo.

Analiza y reencuentra el valor de la palabra y acción que el voluntariado implica para que esta conciencia lo impulse a prestar el servicio al 100 por ciento. Recuerda siempre que el ejercer el voluntariado sirve como autoterapia, porque el motivarse, conocerse y conocer a los demás le da valor a su persona y sus acciones. No pienses mucho en los pros y contras de ejercer el voluntariado, con o sin miedo, aventúrate a la tarea porque si le das muchas vueltas a la oportunidad, tal vez termines por no hacerla. Practica el voluntariado como un área de oportunidad nueva, una forma de descubrir cosas nuevas.

El voluntariado se ejerce en cualquier parte; puede ser en la escuela, grupo religioso, asociación benéfica; el servicio social de la universidad también se incluye el cuidar al vecino enfermo, recoger basura en el parque o dar visitas guiadas en un museo. La ejecución del voluntariado es un complemento para aumentar la calidad de vida en: La salud. Aunque no se tienen estudios acerca de la relación voluntariado y salud, los especialistas consideran que tanto el voluntario como el que recibe el servicio estimulan el sistema inmunológico, que a su vez previene enfermedades malignas e infecciosas, como las infecciones, los padecimientos cardiovasculares, cánceres y promueve la rehabilitación.

Lo emocional. Como el voluntariado promueve la convivencia, la práctica de esta acción provoca que la persona se sienta útil, aumente su autoestima, se autoconozca, se realice y trascienda en la vida. Los demás. El voluntario ayuda a las personas a sentirse amadas, comprendidas y que valen. Además previene la depresión y la soledad para ambos, y las personas que padecen alguna discapacidad y los ancianos recobran el sentido de vivir porque son útiles también.

Las instituciones. Los voluntarios cooperan para que miles de instituciones sociales persistan, evitan que gasten recursos que en ocasiones no tienen y son los brazos para que más gente se beneficie de ellas. La sociedad. El voluntariado activa la solidaridad entre la gente y su convivencia, ya que estimula la comunicación y el autoconocimiento que enriquece tanto económica como moralmente a una comunidad.

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