El Foro Ético Mundial (FEM) es un encuentro político universal en el que se expusieron, dialogaron y reflexionaron problemas genéricos (temáticas propuestas) a la luz de principios éticos comunes que se derivan de la dignidad de la persona humana y su destino trascendente; asimismo, sirvieron para hacer una propuesta clara, atractiva y universal generando adhesión, compromiso y práctica eficaz de tales principios en medio de la comunidad humana.
CONCLUSIONES DEL FORO ETICO MUNDIAL MODULO 1
Jan 27, 2006
MODULO I:
POLITICA Y PARTICIPACION
(Cuernavaca, Morelos, 27 enero 2006)
VIERNES 27 DE ENERO DEL 2006 Cuernavaca, Morelos. MÉXICO
Coordinador del Módulo: Dr. J. Guillermo Velasco Arzac, Presidente de Coordinadora Ciudadana APN y del Acuerdo “Mejor Sociedad Mejor Gobierno”.
CONCLUSIONES:
1ª.El Módulo de Política y Participación, del Foro Ético Mundial, es una aportación no sólo al ámbito de la política mexicana, sino también a otras naciones y a la política mundial.
Toda la política, gubernamental, internacional, partidista o ciudadana tiene una dimensión ética esencial, que puede ser negada, atacada y menospreciada, pero que nunca desaparece, y por tanto toda acción o estrategia política, toda entidad política y toda política pública, puede ser valorada a la luz de los principios éticos. Toda concepción ética tiene, necesariamente, una dimensión política, y por ende todas las personas, asociaciones e instituciones que promueven los valores éticos, deben ser congruentes hasta impulsar la aplicación de los mismos al ámbito de la política, la economía, la participación ciudadana, las leyes y la cultura.
2ª. El modelo político de Venezuela, en el que se ha incrementado la pobreza y la criminalidad, es contrario a los principios fundamentales de le ética al coartar libertades legítimas, al violentar el orden jurídico, al manipular a la opinión pública y al generar deliberadamente enfrentamientos y divisiones en las comunidades.
Por congruencia, todas las entidades cívicas y políticas convencidas de la importancia humana y social de la ética en los sistemas políticos, nos solidarizamos con todos los venezolanos que combaten en Venezuela y demás países del mundo a favor de la dignidad de las personas y los derechos humanos, la democracia, las libertades y el respeto a los principios y valores éticos de las comunidades y de los pueblos.
3ª. Pedimos a todos los partidos políticos y a todos los gobiernos de México y del mundo definan los principios éticos que están dispuestos a respetar y los difundan. Así, declaraciones de principios, plataformas políticas, planes de gobierno y planes de desarrollo, deben contener principios éticos que los ciudadanos podamos identificar, conocer y evaluar en la actuación y resultados de esas entidades políticas.
Es necesario que en este momento propongamos mayores espacios de diálogo, compromiso ciudadano, y transparencia partidista, en un ejercicio y entendimiento de la ética en el ámbito político.
4ª. El fin ético de la política ciudadana y gubernamental y del estado en su conjunto es, objetivamente, el bien común público, entendido como el conjunto de condiciones necesarias para el desarrollo libre de todas las personas en la búsqueda de su realización y felicidad. Esas condiciones son materiales y ambientales; de seguridad y justicia; de oportunidades de inversión, empleo y progreso equitativo; de educación y acceso a la cultura; de respeto a todos los derechos humanos y ejercicio responsable de las libertades; de convivencia pacífica; jurídicas y políticas.
Para descubrir y decidir cómo mejorar las condiciones del bien común y sumar esfuerzos en las reformas jurídicas, cambios estructurales y políticas públicas necesarias para ese fin, dado que todos somos corresponsables del mismo, es indispensable el diálogo honesto y eficaz de los actores sociales y políticos.
5ª Muchas personas y grupos poderosos de la información, del dinero, de la movilización, o de la propaganda, son de hecho casi intocables y actúan al margen de la ética, con pragmatismo, prepotencia e impunidad y ejercen su poder sin más límite que el mismo poder.
Ante esa realidad, los tres poderes del Estado y el poder ciudadano, tenemos la obligación ética de denunciarlos y frenarlos, aunque ello implique problemas y labor prolongada.
6ª Cualquier ley o política pública que atente contra un derecho humano fundamental o sea esencialmente contraria a los principios éticos universales, no tiene legitimidad, aunque haya sido aprobada en votación democrática legislativa y con formalidad legal; por tanto, las personas tienen no sólo el derecho humano y la libertad de no obedecerlas, sino la obligación ética de combatir para que no se apliquen y para que sean derogadas o modificadas de fondo.
7ª El rechazo de muchos ciudadanos en el mundo a los políticos y a los partidos políticos, por hechos
escandalosos de corrupción, complicidad con el delito, impunidad, prepotencia y evidente manipulación, no es sólo un riesgo por generar apatía, escepticismo, resentimiento, confrontación; sino que es una oportunidad para impulsar la dignificación de la política con los principios y valores de la ética.
Esta difícil renovación de la cultura política es viable en la medida en que los ciudadanos participen con mayor intensidad y eficacia y se logre la ciudadanización de la política y la politización de los ciudadanos, lo cual implica que los partidos escuchen a los ciudadanos y recuperen credibilidad y respetabilidad.
8ª Desarrollar una nueva cultura laboral es indispensable para aprovechar las oportunidades de la globalidad y minimizar los riesgos de la misma.
Los valores indispensables de esta cultura son:
a) La dignidad de la persona y del trabajo.
b) Cooperación y respeto.
c) Responsabilidad, laboriosidad y productividad.
d) Honradez, austeridad y ahorro.
e) Orientación a la eficacia y resultados.
f) Cuidado del medio ambiente.
Una nueva cultura laboral, permitirá establecer una nueva forma de relación entre empresa, trabajador y gobierno y permitirá desarrollar la competitividad de los países y su mejor participación en la globalidad.
La responsabilidad ética de lograr la competitividad empieza por las personas; ser competentes es estar aptas para hacer bien su trabajo. Esto hará competitivas a las empresas, a las comunidades y a las naciones, lo cual es éticamente necesario para generar las oportunidades de desarrollo integral de todas las personas.
Economías competitivas generan más empleos y valor agregado, y propician la distribución equitativa de la riqueza por el trabajo y por la globalización de la solidaridad.
La nueva cultura laboral debe estar orientada a multiplicar las oportunidades de trabajo productivo, a la dignificación de todos los ámbitos de trabajo y a la renovación y eficacia de las organizaciones de los trabajadores y de los empresarios.
9ª En el ejercicio del quehacer público, el acceso a la información pública gubernamental, la transparencia, la rendición de cuentas, la calificación del cumplimiento de metas a través de indicadores de gestión y la consecuente aplicación de responsabilidades de todo tipo (administrativas e incluso penales), a los servidores públicos que no cumplan, deben convertirse en elementos clave de la nueva cultura política dinámica e integral (social, económica, política y ecológica), en la cual la ética sea la mejor guía para el ejercicio de los recursos, con responsabilidad social y visión de futuro, para mejorar el bien común.
Para ello es importante: el acceso en Internet a la cuenta pública, que la transparencia sea constitucionalmente obligatoria, la evaluación de la gestión de los servidores públicos y asegurar su actualización y profesionalización.
10ª La participación de la mujer en la política ha sido un factor de maduración en la sociedad, que ha dado lugar a un trabajo favorable de las mujeres para impulsar y aportar aspectos benéficos para diversos sectores sociales.
Por ello proponemos:
– Propiciar, con perspectiva de género, los espacios para la capacitación de mujeres y participación de ellas en la política.
– Mayor difusión y participación en los “parlamentos de mujeres” a nivel federal e instituirlo en los estados que no lo tengan, y buscar mayor relación internacional entre esfuerzos similares..
– Impulsar la opción legal de jornadas laborales reducidas que permitan a las madres de familia la convivencia con sus hijos y el cumplimiento de sus labores.
– Fomentar una cultura de corresponsabilidad, participación y convivencia del padre y la madre en la educación integral de sus hijos, que incluye prepararlos para la para la democracia participativa.
– Exigir a los gobiernos que las políticas públicas respeten los valores éticos de la familia, que contribuyan a la erradicación de la violencia contra la mujer y que propicien la equidad de género para lograr que la sociedad sea más equilibrada y armónica, que se fortalezca la vida comunitaria y se facilite la participación amplia de la mujer de manera activa en la política social y en la cultura.
11ª.La civilización humanista es condición indispensable para la viabilidad de la democracia, de la globalidad y del desarrollo sustentable. Las organizaciones internacionales y los gobiernos de todos los países tienen la obligación de lograr que las leyes y políticas públicas sean simultáneamente: congruentes con los principios éticos fundamentales del humanismo y eficaces técnicamente (en todas las dimensiones de la técnica) para contribuir a mejorar sistemáticamente las condiciones del bien común, aprovechando las mejores prácticas del mundo.
Eje rector del humanismo es la democracia participativa, la construcción de ciudadanía, la vertebración social, que para ser eficaz en la aplicación de la nueva cultura política congruente con la ética, no puede quedarse en la teoría; es indispensable la formación de líderes, multiplicar opciones de participación eficaz, profesionalizar las organizaciones, y establecer alianzas para que el poder ciudadano se haga oír, sea tomado en cuenta e influya en políticos y gobernantes.
